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Control de peso
La composición corporal mide talla, peso y porcentaje de grasa, datos esenciales para cuidar tu salud. Adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia entre una vida corta y una larga. La obesidad eleva el riesgo de enfermedades graves como cáncer, diabetes, esterilidad, úlceras, lumbalgia, colesterol alto e hipertensión.
Dos métodos prácticos para evaluar tu peso son:
Consume todos los grupos de alimentos en las cantidades porciones indicadas por tu nutricionista.
Recuerda:
El autocuidado es una práctica que implica una actitud activa y responsable para gozar de calidad de vida.
Los órganos de los sentidos son unidades funcionales del sistema sensorial que nos permiten percibir la luz, el sonido, texturas, temperaturas, olores y sabores.
Vista: permite percibir el color, la forma y tamaño de los objetos a nuestro alrededor, además de su posición y distancia. Los ojos son los responsables del sentido de la vista.
Oídos: reconocen la intensidad del sonido, su origen y la distancia de la fuente. Este órgano es responsable del sentido del oído.
Olfato: identifica los olores. La nariz es la responsable del sentido del olfato.
Gusto: distingue los sabores a través de las papilas gustativas que en la lengua, responsable del sentido del gusto.
Tacto: percibe sensaciones como la textura de los objetos, el frío, el calor, entre otros. La piel es la responsable del sentido del tacto.
Sin los sentidos, la vida no sería como la conocemos. Por eso, es fundamental cuidarlos para preservar su funcionamiento y prevenir su deterioro.
El cuerpo humano
La fisiología es la ciencia que estudia las funciones de los seres vivos. La fisiología humana es la disciplina enfocada en el estudio del funcionamiento del organismo humano.
La acción coordinada de los procesos fisiológicos y el mantenimiento estructural y funcional de las células, tejidos y órganos permite el equilibrio corporal conocido como homeostasis.
Las concentraciones de ácido, la presión arterial, el azúcar en la sangre, los electrolitos, la energía, las hormonas, el oxígeno, las proteínas y la temperatura se ajustan constantemente para responder a los cambios en el interior y el exterior del cuerpo y mantener el equilibrio.
Recuerda: cuando se pierde el equilibrio corporal y no se logra la compensación, aparece la enfermedad.
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